miércoles, 2 de mayo de 2012

                                                                   el porfiriato.


Durante el porfiriato que duró de 1876 a 1911, la nación respiro un clima de paz forzada pero anhelada, después de años de inseguridad y aunque hubo progreso material, este benefició solo a un pequeño grupo de extrangeros y mexicanos.
Un grupo de intelectuales,llamados cientificos, encabezados por José Ives Limantour, vieron en el porfiriato la oportunidad de llavar al país hacia la modernización.
Durante el porfiriato hubo muchas manifestaciones de inconformidad, pero el ejercito porfirista se encargó de combatir y disolverla, durante el porfiriato se amplió el período presidencial a 6 años, en 1904.
Durante el gobierno de Díaz se rehabilitaron varios puertos y se tendieron 20,000 kilómetros de vías férreas. Los ferrocarriles se trazaron hacia los puertos más importantes y hacia la frontera con los Estados Unidos, para facilitar el intercambio comercial con aquel país.
Al mismo tiempo, aumentaron la circulación de productos entre distintas regiones de México y sirvieron como medio de control político y militar. El correo y los telégrafos se extendieron por el territorio nacional; se fundaron algunos bancos, el gobierno puso en orden sus fianzas, comenzó a cobrar impuestos regularmente, y llegó a pagar las deudas del país. Esto permitió el progreso de la agricultura, el comercio, la minería y la industria: sobre todo la cervecera, la tabacalera, la vidriera y la textil.
México tuvo un crecimiento económico nunca visto, pero el desarrollo favoreció desproporcionadamente a los pocos mexicanos y extranjeros que tenían dinero para invertir; extensiones enormes de tierras deshabitadas fueron compradas por esa poca gente, la cual se hizo dueña de propiedades inmensas (latifundios).
La desigualdad entre los muy ricos, que eran muy pocos, y los muy pobres, que eran muchísimos, se fue haciendo cada vez mayor. Los indígenas fueron despojados de sus tierras, y casi todos los campesinos tuvieron que trabajar en las haciendas. Estaban mal pagados y se les obligaba a gastar lo que ganaban y a pedir fiado en las tiendas de raya, las cuales eranpropiedad de los patrones; estas deudas los forzaban a seguir trabajando en la misma hacienda, aunque fueran maltratados.
                                            Sociedad y cultura
En los primeros años de la vida independiente el país estaba muy mal comunicado, se viajaba en diligencias, a caballo o a pie, por caminos malos y plagados de asaltantes, del transporte se hacían cargo los arrieros, con sus recuas de mulas.
Para ir del centro de México a los Estados Unidos había que viajar por barco, de Veracruz a Houston o a Nueva Orleans. También se llegaba por mar a Yucatán. Durante el Porfiriato, los ferrocarriles y el telégrafo transformaron la vida.
Los viajes resultaron más rápidos, cómodos y seguros; los mensajes llegaron en menos tiempo. Logró ampliarse notablemente la educación pública, cada vez más gente pudo estudiar alguna carrera y empezó a surgir en las ciudades una clase media de profesionistas y burócratas.
Mucha más gente aprendió a leer y esto permitió que aparecieran nuevos periódicos, revistas y libros escritos e impresos en México.
                                      
                                           La Hacienda de Xico y el Ferrocarril
En 1895 Porfirio Díaz cedió el permiso al español Iñigo Noriega para desecar definitivamente el lago de Chalco, quien logra consolidar una de las más grandes propiedades del Valle de México, la llamada «Hacienda de Xico». En esta misma época se hizo un camino de Chalco a Tlaltenco para construir la vía del ferrocarril que pasaría a mitad del pueblo de Tláhuac. Parece ser que fue a instancias de este mismo personaje que se construyó el ferrocarril que servía para comunicar su hacienda con la capital. el cual fue concesionado en forma definitiva el 6 de abril de 1898 y que partía de la ciudad de México, terminando su recorrido en Atlixco, Puebla; pasando por Apapasco y Santa Catarina, con ramales de la estación Zavaleta a San Rafael y de Atlautla a Ozumba.
No es sino hasta el triunfo de la revolución, en el año de 1918, que por resolución presidencial fueron expropiados los bienes de la Negociación agrícola de «Xico y Anexas, S.A.».
                                                     http://sonesdelarevolucion.galeon.com/aficiones1081743.html     etapas del porfiriato
El Porfiriato: la dictadura:
Así se le llamó al largo régimen de Porfirio Díaz; durante éste, el país gozó de un crecimiento económico en el cual se desarrolló la urbanización y la industrialización además de las clases sociales modernas, la clase media y el proletariado.
Su mandato inició con el triunfo de la rebelión de Tuxtepec, que había estallado en el año de 1876 contra la reelección del presidente Sebastián Lerdo de Tejada. Y su gobierno tuvo tres etapas.

  
                                                 La primera etapa de este régimen fue el período de ascenso y consolidación en el poder.
Duró hasta finales de la década de 1880; en ésta Díaz conformó su propio equipo de colaboradores y cambió el proyecto nacional de desarrollo dirigiéndolo hacia el orden y el progreso, luego de que los objetivos de los gobiernos anteriores, el de Benito Juárez y el de Lerdo de Tejada, habían sido la libertad y la ley.
Se apoyó en militares de su confianza para la pacificación del país y llevó a cabo prácticas conciliatorias, incluyendo en su gobierno a políticos de diversos equipos además de demostrarle tolerancia a la Iglesia; aunque, luego reprimió a sus enemigos e impuso a gente inexperta en los mandos.
En esta primera etapa iba logrando estabilidad lo cual lo llevaba a las reelecciones y al reconocimiento del gobierno de Estados Unidos y de los principales países europeos de aquel entonces, Francia e Inglaterra.
                                               
                                                 La segunda etapa del Porfiriato se distinguió por un notable crecimiento económico.

Llegó hasta los inicios del siglo XX; durante ésta se modernizó la minería y los comercios, la agricultura comenzó la exportación, se instalaron instituciones bancarias, fluyeron las inversiones de otros países y se iniciaron muchas obras de infraestructura; pero lo más importante fue el gran tendido de vías ferroviarias y también de líneas telefónicas y telegráficas, que además de modificar la geografía, integraron al país y fortalecieron el gobierno.
Entonces, México se relacionó con más naciones del mundo ganándose un buen lugar.

                                                
                                              La tercera etapa fue el período del auge económico del gobierno.


Se basó en la despolitización de los habitantes del país; en ésta Díaz no tenía opositores, no había contiendas electorales ni críticas en los periódicos. La política se volvió excluyente, sólo participaban Díaz y los miembros de su gabinete, quienes también habían sido reelectos por lo que no ingresaban nuevas generaciones.
Esta actitud provocó un descontento en la sociedad y como también el crecimiento económico no podía ser para siempre, entonces, el Porfiriato entró en crisis.


                                             
                                                 La crisis del Porfiriato llevó a la Revolución Mexicana.

Durante los últimos años del régimen porfiriano hubo crisis en todos los ámbitos de la vida nacional; en el político, en el económico, en el social y en el cultural. Fueron eventos simultáneos y el gobierno inflexible de Díaz no tuvo la capacidad para enfrentarlos, provocándose un levantamiento armado como se describe en el artículo La crisis del Porfiriato, el origen de la Revolución Mexicana.
"Díaz había sido un político útil para integrar al país a finales del siglo XIX, para disciplinarlo y darle orden y estabilidad, pero el suyo no era un régimen adecuado para enfrentar los problemas que traería la modernización del siglo XX." según el Doctor en Historia Javier Garciadiego en su libro Introducción Histórica a la Revolución Mexicana.

                                               http://fidelinasancheztorres.suite101.net/el-porfiriato-a30604

                                                 La crisis del Porfiriato llevó a la Revolución Mexicana.

Durante los últimos años del régimen porfiriano hubo crisis en todos los ámbitos de la vida nacional; en el político, en el económico, en el social y en el cultural. Fueron eventos simultáneos y el gobierno inflexible de Díaz no tuvo la capacidad para enfrentarlos, provocándose un levantamiento armado como se describe en el artículo La crisis del Porfiriato, el origen de la Revolución Mexicana.

                                               http://fidelinasancheztorres.suite101.net/el-porfiriato-a30604
        
Período del Porfiriato.

A este episodio siguió uno de los períodos más importantes en la historia de Yucatán en general y de Mérida en particular: el auge henequenero, que dio a la entidad riqueza y prosperidad, y que vivió sus mejores días bajo la dictadura de Porfirio Díaz, cuyo poder terminó con la Revolución Mexicana de 1910.
 
"Los efectos del oro verde"
Los 30 años que duró el gobierno de Porfirio Díaz fueron de mucha actividad arquitectónica; la ciudad creció y se transformó considerablemente. Se construyeron El Paseo de Montejo y el de Reforma, que quedaron flanqueados de suntuosas residencias, al igual que las colonias en donde vivían las clases pudientes.
Durante el porfiriato el cultivo, la industrialización y el comercio del henequén generaron tantas ganancias que opacaron y prácticamente paralizaron en Yucatán otras actividades productivas tan importantes como la ganadería.
Todo esto propició la aparición de ciertas circunstancias políticas, económicas y sociales que se pueden sintetizar de la siguiente manera:

1 El afianzamiento de la paz interna aplicando los métodos políticos y gubernamentales establecidos por la dictadura.
2 La aparición de signos de prosperidad derivados del auge del henequén y que contribuyeron a la creación del sistema ferrocarrilero local y a la realización de importantes obras materiales en la ciudad de Mérida y otras poblaciones.
3 El nacimiento de una clase económica reducida que no solamente controló la riqueza (agricultura, finanzas, comunicaciones, etc.), sino también el poder político).
4 La profundización de las desigualdades sociales y económicas entre las diversas capas de la población yucateca. Como ejemplo principal de lo anterior, pueden citarse las condiciones de los peones de las fincas y de los trabajadores urbanos.
5 El clima de asfixiante opresión política creada por los jefes políticos en sus respectivas jurisdicciones, y que acabó con las prácticas democráticas y los más elementales derechos individuales.

"Todas estas circunstancias fueron a su vez propiciadas porque a la manera como sucedió en el centro de México durante el siglo XIX, en Yucatán seguían disputándose el poder el Partido Conservador encabezado por Francisco Cantón, y el Partido Liberal, encabezado por Olegario Molina. Los liberales, herederos de Cepeda Peraza y del Instituto Literario, se hicieron cargo del gobierno en 1902 e iniciaron con Molina y después con Muñoz Aristegui, un gobierno que solo caería con la revolución"
Este grupo, representado principalmente por los hacendados henequeneros y los políticos y comerciantes ligados a ellos, trae a Yucatán las modas y la cultura de vanguardia del mundo desarrollado, para su uso y goce exclusivos, llegando incluso al extremo de importar a los propios profesionales, artistas y técnicos para que les sirvan.
El auge henequenero y las condiciones sociopolíticas establecidas y sostenidas por el régimen porfirista en Yucatán, permitieron que un pequeño grupo de gente acaparara enormes riquezas y con ello el control cultural de la entidad, hecho que también influyó grandemente para producir esas circunstancias o características especiales de la arquitectura local.

"Los pros y los contras"
Todo esto genera entonces una notable modificación de la arquitectura regional, pues los antiguos modelos coloniales y los de la época independiente (con características muy similares) son violentamente transformados y sustituidos por las nuevas modas academicistas de corte ecléctico.
Esta transformación no solo se dio en la arquitectura de Mérida, sino que abarcó a toda la región, incluyendo a los ranchos y las haciendas.
El neoclásico en su versión decimonónica, el neogótico y la corriente ecléctica arquitectónica, se constituyen como modas que cunden, no solo entre el grupo de poder, sino también en el resto de la sociedad burguesa que de acuerdo con sus posibilidades, imita o interpreta los cánones formales y expresivos de estas corrientes, tendencias o estilos.
Esta industria registró en realidad un tremendo impulso desde 1880, ya que a partir de ese año se modernizaron los instrumentos de trabajo y los medios de comunicación y transporte; el mejor ejemplo es la introducción del ferrocarril, en 1875, con la ruta Mérida-Progreso. La red ferroviaria, que sirvió para aligerar el traslado de las pacas de henequén hasta el puerto para su embarque, se extendería después a otros lugares del estado como Valladolid, Peto y Ticul, y en 1898 se amplió hasta el estado de Campeche.
Así, resultado del orgullo de la romántica y positivista época porfiriana fueron las obras del alumbrado público, los tranvías, el tren, el saneamiento de la ciudad, aunque no pudieron beneficiar a toda la ciudad.
El telégrafo, introducido en tiempos del Imperio, también se extendió en gran parte de la región. Este mejoramiento de las comunicaciones llevó a los capitalistas yucatecos a pensar que Mérida -importante centro político y administrativo- no podía quedar al margen de las mejoras materiales que se daban en otras ciudades del país, así que de inmediato emprendieron su transformación.
Los servicios públicos fueron los primeros en modernizarse. El antiguo sistema de alumbrado de lámparas de petróleo dio paso a los focos eléctricos, principalmente en las calles del centro de la capital; se intentó pavimentar y adoquinar todas las calles, intento infructuoso debido a los lodazales formados por las lluvias; también se hicieron planes para un sistema de drenaje, pues los problemas sanitarios resultantes de la acumulación de agua y desechos orgánicos eran fuente de infección y muerte, sobre todo en la población infantil; sin embargo, el proyecto tampoco cristalizó.
La introducción de tranvías tirados por mulas también creó conflictos sanitarios, puesto que los desechos orgánicos de los animales eran una fuente continua de infección y contagio, aunque a final de cuentas el tranvía fue un elemento modernizador muy bien aceptado que pronto comenzó a recorrer los principales puntos de Mérida, situación que también ocasionó algunos accidentes como atropellamientos o caídas de pasajeros "pasados de copas".
El cambio de patrones culturales entre los Meridanos incluyó también el conocimiento de los grandes inventos de la época; como el fonógrafo y el cinematógrafo de Lumiére, con el que se ofrecían exhibiciones en el Teatro Peón Contreras y el desaparecido Circo Teatro Yucateco, así como los grandes progresos de la fotografía que se podían palpar en los periódicos locales.
En aquel periodo del gobierno porfirista, en el que aparentemente existía una "tranquilidad pública" muchos intelectuales mexicanos llegaron a pensar que el progreso del país era posible gracias al aprovechamiento del potencial de trabajo de una densa población indígena; así, pensaban, México se podía convertir en un país "civilizado", cómo los existentes en la Europa "culta y desarrollada".
Y para lograr tal transformación era necesario crear una imagen ante el exterior: se proporcionó información sobre el país en exposiciones internacionales de Francia y Estados Unidos a fin de promover las ventajas de invertir en México. Los esfuerzos rindieron frutos y capitalistas extranjeros, especialmente ingleses, comenzaron a impulsar diversas ramas de la economía nacional. Por otro lado, insistiendo en los postulados liberales que llevarían a México a integrar el grupo de "las grandes naciones", los intelectuales porfirianos hicieron énfasis en la educación y el trabajo.

"La riqueza proyectada de forma arquitectónica"
Es durante esta época que se construyen nuevos edificios para albergar instituciones públicas. El Registro Civil (64 entre 65 y 67) en 1905, los hospitales O'Horan y Ayala, inaugurados conjuntamente con la última etapa de la Penitenciaria Juárez por el presidente Porfirio Díaz en 1906. El local de salubridad en el paseo de la Reforma (72 por 55) en 1910, el Palacio Federal, ahora Correos, en 1908. También son edificadas las escuelas de los barrios de la Mejorada, San Sebastián y Santiago.
Se construye para adorno de la ciudad y satisfacción de la vanidad de la sociedad meridense el local magnífico del nuevo teatro Peón Contreras, inaugurado en 1908.
Aparecen también en esta época los primeros edificios construidos para hoteles, aunque ya existían casas adaptadas. El Gran Hotel en 1902 y pocos años después el Regis, ambos en la 60 por 59, son de tres plantas con patio de corredores y columnas corintias.
En la zona comercial hubo nuevos edificios: El Candado (60 por 65), El Siglo XIX y el edificio de la Ritter y Bock. También los locales de los bancos: Nacional de México, (50 por 56 ya demolido), el Banco Yucateco (58 entre 65 y 67) con su fachada neoclásica rematada por un gran frontón y el Banco Mercantil en la 65 entre 60 y 62.
Por su parte, el clero construyó la iglesia de San José de la Montaña al sur de la ciudad (60 por 79), la iglesia de Lourdes, consagrada en 1908, y el conjunto del "Pich": el ex asilo de huérfanos con su iglesia neogótica consagrada en 1890 (53 por 54). Se termina la construcción el templo de San Sebastián y anexo a él un cuartel con su portal al frente.
Hacia finales del siglo XIX, en 1883, se destruye la antigua casa de los Gobernadores para construir un nuevo local inaugurado en 1892, más de acorde con la dinámica económica de la explotación del henequén.
Sin embargo, lo que realmente definió a este período fueron las modificaciones urbanísticas: el Paseo de la 59, el paseo de la Reforma, y sobre todo el Paseo de Montejo; en todos éstos se construyeron espléndidas residencias para los hacendados y grandes comerciantes, que habían comenzado a construir en el camino y la plaza de Itzimná. Edificados desde finales del siglo XIX (y principalmente entre 1902 y 1905), éstas son casas rodeadas de jardines, de una o dos plantas, en muchos casos sobre sótanos o una elevación, en muchos casos con la decoración ecléctica en boga en aquel entonces.
Ejemplos de éstos son Las Casas Cámara y el Palacio Cantón en el Paseo de Montejo; la casa de las familias Monzo y Cicero en la Plaza de Itzimná, el Pinar y la ahora escuela para invidentes en la 60, así muchas otras hasta unas 40 aproximadamente.
De igual manera fueron construidos en el centro de la ciudad un gran número de casas de una y dos plantas, de gran tamaño conservando el patio central tradicional y el alineamiento. De los mejores ejemplos son el Instituto Benjamín Franklin, la casa del gobernador Olegario Molina en el parque de la Mejorada con 57; el actual local de la Biblioteca del Estado, el conjunto en el cruce las calles 61 por 66; el local de medicina familiar del IMSS (59 por 64), y la casa de la esquina sureste de la calles 60 por 69.
Hay algunos ejemplos como la Casa del Lagarto, las tres casas en la 59 en su tramo de la 61 por 54. En otros casos, a diferencia de las otras del centro, son antecedidas por un pequeño jardín o un portal y en algunas casas no cuentan con patio central. En este sentido son más cercanos a los del Paseo de Montejo e Itzimná en su aspecto compacto y extrovertido.
Es quizás éste periodo el de mayor riqueza pero menor originalidad arquitectónica, ya que fueron copiados de modelos extranjeros.

"La moda extranjera"
A este período corresponde la construcción de casas de madera con modelos de Estados Unidos.
Siguiendo la misma técnica de casas ajardinadas construidas a lo largo de avenidas arboladas, fueron construidos los nuevos desarrollos urbanísticos, como las avenidas Pérez Ponce, del Campo Deportivo y Colón, este último con el Parque de las Américas construido en los años 40s.
Además de transformaciones en el paisaje urbano y los problemas sociales que trajo consigo el desarrollo económico de Yucatán en las dos últimas décadas del siglo pasado, hubo otros aspectos de la vida social de Mérida que también presentaron sustanciales modificaciones en sus patrones culturales.
A través del comercio de importación de prendas de vestir europeas y diversos materiales utilizados en la industria henequenera, así como los viajes al extranjero de la élite hacendaria, se fueron adquiriendo elementos culturales extranjeros y novedosos para la sociedad yucateca del siglo XIX.
El caso más notorio fue el de la práctica de ejercicios físicos para mantenerse activos y en buen estado corporal, adquiriendo este culto a la personalidad una importancia cultural que se vio reflejada en varias publicaciones de ese período: esgrima, tenis, gimnasia, equitación y, sobre todo, las carreras de bicicletas, implantaron su presencia en Mérida. En el ya desaparecido "Sport Club" se organizaban competencias en terrenos cercanos a la quinta San Fernando, al norte de la ciudad e incluso se construyó un velódromo en el entonces pueblo de Chuminópolis; poseer una bicicleta en aquellos años significaba pertenecer a un estrato socioeconómico pudiente.
Sin embargo, la Mérida que vio llegar la modernidad porfiriana sufrió también un caudal de consecuencias no deseadas, ya que la capital experimentó una transformación cultural de la que derivaron numerosos problemas socioeconómicos.

"El lado oscuro"
Durante el porfiriato, Mérida también se llenó de problemas sociales de la época, como la criminalidad, la prostitución, un incremento de delitos de diversa índole, desde simples robos hasta homicidios; todo esto despertó gran preocupación entre los yucatecos de la capital. Esto es fácil de observar en diversos artículos de la época que trataban ese fenómeno social, que no sólo afectaba al sector más privilegiado económicamente de la sociedad, sino también a otros estratos como artesanos, comerciantes, estudiantes y hasta a amas de casa; la alarma creció cuando los robos llegaron a cometerse en comercios y casas del centro de la ciudad.
Ante tal situación, salió a relucir el lamentable estado en que se hallaban los cuerpos policíacos municipales: en 1882, no había más de 30 agentes, mal vestidos y con implementos de defensa inadecuados y lo que es peor, muchos afectos a ingerir bebidas alcohólicas durante el desempeño de sus funciones.
A pesar de los esfuerzos de los ciudadanos por contar con un cuerpo de seguridad efectivo -como una policía nocturna subsidiada por el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio, y la creación de un instituto de vigilancia denominado La Gendarmería, con organización tipo militar que dependería directamente del gobernador- la criminalidad no disminuyó. El número de delitos siguió en aumento en décadas posteriores, lo que se atribuyó a la presencia de población foránea, como huastecos, canarios y chinos que, al no acostumbrarse a las labores de las haciendas henequeneras, habían optado por emigrar a la ciudad, en donde vagaban durante el día y cometían actos delictivos durante la noche.
Paralela a la criminalidad, la prostitución fue un fenómeno social y cultural que también repercutió en la época. El problema era tal que en 1881 el Ayuntamiento meridano elaboró un reglamento para las mujeres y casas públicas, a fin de evitar la propagación de enfermedades venéreas entre la juventud.
En Yucatán, ante la gran tensión que significó el aumento de los delitos urbanos, las autoridades tomaron en consideración las propuestas de varios intelectuales yucatecos -Eligio Ancona, Felipe Pérez Alcalá y Javier Santa María, entre otros- quienes desde los medios escritos de la época proponían la instauración del régimen de penitenciarias, sustituyendo la cárcel pública que funcionaba en la Ciudadela de San Benito, la cual ya resultaba inoperante por su hacinamiento e inseguridad.
Así, en 1897 se inició la construcción de la Penitenciaria Juárez en terrenos del desaparecido pueblo de Santa Catarina, la cual se inauguró en 1895.

                                              
                                                     http://www.merida.gob.mx/archivohistorico/merida_porfiriato.html

El 21 de mayo de 1911 se celebraron los Tratados de Ciudad Juárez, entre delegados porfiristas y revolucionarios, en donde se aceptaba la renuncia de Porfirio Díaz y de Ramón Corral después de 30 años de haber gobernado el país. El día 25 renunciaron a sus cargos, marcando el fin del porfiriato. Porfirio Díaz salió de la capital y se embarcó en Veracruz rumbo a Europa, en donde murió el 2 de julio de 1915, en la ciudad de París.

           http://www.dolorenses.com/servicios/articulos/historia/229-revolucion-mexicana?start=3

                                                                        Porfirio Díaz
(José de la Cruz Porfirio Díaz; Oaxaca, 1830 - París, 1915) Militar y estadista mexicano que fue presidente de México. En 1845 comenzó sus estudios en el Seminario y posteriormente trabajó como profesor en el Instituto, como armero y como carpintero. Fue discípulo del liberal Benito Juárez, futuro presidente, quien impartía Derecho Civil en el Instituto de Ciencias.
Cuando esta institución se clausuró por orden del presidente Santa Anna en 1854, Díaz inició su carrera política. En 1858 luchó contra los conservadores en la Guerra de la Reforma y tras ascender a general en 1861, luchó contra la intervención francesa. Fue jefe de brigada en Acultzingo en abril de 1862, participó en la batalla de Cinco de Mayo al lado de Ignacio Zaragoza, y en 1863 tomó parte en la defensa de Puebla.
En esta misma localidad protagonizó poco después una brillante acción militar, cuando realizó un asalto sangriento y rápido contra sus enemigos de esta ciudad, que se refugiaron en los cerros de Loreto y Guadalupe. Sin perder tiempo, avanzó hacia la Capital de la República y la tomó el 2 de abril de 1867, hecho que fue de gran trascendencia militar pues adelantó la caída del Imperio de Maximiliano y el triunfo de Juárez.



                                                          http://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/diaz_porfirio.htm

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